Posturas del Guerrero
POSTURAS DEL GUERRERO
La historia que inspira las tres posturas del guerrero proviene de la mitología hindú. Estas asanas representan los movimientos de lucha del guerrero mítico Virabhadra y se inspiran en los tres momentos de su lucha: cuando Virabhadra alza la espada en alto (Guerrero I), cuando apunta con ella a los presentes (Guerrero II), y cuando finalmente decapita a Daksha (Guerrero III). En este Blog te invitamos a que aprendas cómo se realiza cada una de estas posturas y los beneficios que te conlleva su práctica.
Guerrero I
- Desde la posición de Tadasana (de pie) damos un paso largo con la pierna izquierda hacia atrás, de modo que nuestras piernas queden separadas a una distancia aproximada de un metro.
- Chequeamos que nuestras caderas estén enfrentadas, apuntando hacia la misma dirección que nuestra rodilla y pie derecho. Es decir, que no se “abra” la cadera hacia el costado.
- Flexionamos la rodilla derecha hasta ubicarla en la misma línea que el talón. Ubicamos ahora nuestro pie izquierdo: una opción es dejarlo totalmente apoyado en el suelo, otra opción es elevar el talón dejando apoyado en el piso el metatarso y los dedos (esta elevación nos facilita la acción de “enfrentar la cadera”).
- Subimos los brazos en dirección al cielo hasta que lleguen a la altura de las orejas y mantenemos la cabeza erguida, alineando el cuello con el resto de la columna. La mirada puede ir hacia el frente o levemente hacia arriba.
- Sostenemos la postura entre 3 y 5 respiraciones
Los beneficios del Guerrero I:
- Tonifica y flexibiliza piernas
- Tonifica glúteos
- Mejora la postura
- Le da mayor elasticidad y movilidad a nuestra cadera
- Permite trabajar el equilibrio y la seguridad
Guerrero II
- Desde la posición de pie (Tadasana), inhalamos y damos un paso largo con nuestra pierna izquierda hacia atrás.
- Apoyamos el pie izquierdo, mientras que el derecho se mantiene en su lugar.
- Flexionamos nuestra rodilla derecha asegurándonos de que quede encima del pie y de que nuestros talones están alineados.
- Lateralizamos la cadera, a diferencia del Guerrero I la abrimos cuidando que no se cierre nuestra rodilla derecha.
- Abrimos los brazos en cruz, formando una línea recta y paralela al suelo. Deben estar a la altura de los hombros, con las palmas de las manos hacia abajo.
- Comprobamos que el pecho esté abierto y que los hombros no se hayan elevado hacia las orejas. Giramos la cabeza hacia la mano derecha y posamos la mirada en nuestro dedo corazón.
- Sostenemos la postura entre 3 y 5 respiraciones.
Los beneficios del Guerrero II:
- Tonifica piernas y glúteos
- Fortalece hombros
- Mejora la postura ya que tonifica la musculatura de la espalda y elonga la columna
- Permite trabajar la atención, la presencia y la determinación
Guerrero III
Es la postura más complicada de las tres ya que tenemos un solo punto de apoyo (una pierna). El Guerrero III en su versión original no es recomendable para practicantes iniciales ya que implica un gran manejo del equilibrio y suficiente fuerza en la pierna base. ¡Pero no te desanimes! Existen algunas variantes que te ayudarán a conseguir los mismos beneficios.
Postura tradicional
- Partimos desde Tadasana (posición de pie) y nos inclinamos hacia delante, colocando las manos en la cintura o sobre el muslo derecho.
- Damos un gran paso con nuestra pierna izquierda hacia atrás y levantamos los brazos, manteniéndolos paralelos entre ellos tapando nuestras orejas.
- Inclinamos el torso hacia adelante al mismo tiempo que levantamos el pie izquierdo del suelo y elevamos la pierna. Debemos formar una línea recta con nuestra espalda, pierna, cabeza y brazos (como si un hilo tirara de nuestra cabeza hacia delante y de nuestra cadera hacia atrás). Cuidamos que la cadera quede apuntando en dirección del suelo y no se abra hacia arriba.
- Alineamos bien todo el cuerpo e intentamos sostener la postura lo que nos sea posible.
Algunas variantes:
- Con la ayuda de una silla: arma la postura frente al respaldo de la silla. Cuando lleves los brazos hacia adelante apoya tus manos en el respaldo y alinea la postura “alargando” tu columna.
- Utilizando tacos o bloques: deja caer tus brazos en dirección del piso con los codos extendidos, apoya tus manos en los bloques (colocados en forma vertical) y descarga peso allí. Alinea toda la postura cuidando que tu espalda quede recta y paralela al piso.
- Sin elementos: deja tus manos en tu cintura e intenta ir llevando el torso hacia adelante al tiempo que elevas la pierna de atrás. Alarga la columna en el sitio donde puedas mantenerte y sostiene la postura.
Los beneficios del Guerrero III:
- Activa la musculatura de todo el cuerpo
- Trabaja intensamente el equilibrio
- Elonga toda la columna y mejora la postura
- Mejora la coordinación
Te animo a que a través de estas tres posturas puedas hacer contacto con tu cuerpo y con tu interior. Siente tu respiración y vivencia tu anatomía de una forma diferente. El Yoga es un camino infinito de autoconocimiento y evolución personal, atrévete a descubrirlo y a transitarlo. Namasté!